AL VUELO/ Rifa

Por Pegaso

Que siempre sí se va a hacer la rifa del avionzote.

Yo pensé que era otra de las vaciladas de nuestro egregio, impoluto y pluscuamperfecto Pejidente, pero resulta que sí va en serio, y ayer mismo presentó el diseño de lo que serán las seis millones de copias del boleto que saldrá a la venta al público en cuanto se pongan de acuerdo los de la Lotería Nacional.

Las preguntas que ahora se hacen los 127 millones de mexicanos son las siguientes: ¿Y qué pasará si me saco el avión?¿Dónde lo voy a poner?¿Quién me lo va a comprar?¿Quién me lo podrá rentar?¿Cómo le voy a hacer para pagar el mantenimiento, la tenencia y todos los demás impuestos?¿Y cómo le haré para pagar el estratosférico sueldo del capitán, el copiloto y las azafatas?¿Y la renta del espacio que cobra el aeropuerto a precio de oro?

Pero por principio de cuentas, no todos los 127 millones de mexicanos podrán adquirir ni siquiera un cachito de 500 pesos.

Ya me imagino a un indito zapoteco yendo al mercado a vender un cochino o unas gallinas para adquirir su boleto de la rifa. ¿Y si se lo saca? Seguramente se lo llevará arrastrando con una mula hasta el rancho donde lo presumirá al resto de sus vernáculos congéneres.

“Mira, Teófilo-le dirá a alguno de sus cuates-. ¿Qué ti parece este avionzote que me saqué en la rifa?

Y le contestará el aludido: “Pos sí, Maclovio, pero ahora ¿qué vas a hacer tú con ese armatoste, si eres un indio patarrajada como yo?

En realidad hay muchas opciones que Maclovio tendría para hacer uso de su flamante nave.

Puede darle una manita de pintura para convertir el avión en un útil granero para poner en su interior las mazorcas de la última cosecha.

Con algunos retoques rústicos, podría convertirlo en hotel y rentar las habitaciones a precios módicos.

También sería ideal para meter las gallinas, puercos, cabras y burros, y hacer del avión presidencial un excelente establo.

No me imagino qué pasaría si el agraciado es un chilango de la Peralvillo o de la Nápoles. ¿Dónde diablos cabría el avión en una reducida azotea de vecindad?

-¡Chale, carnal!¡Qué pasión con la canción!-lo abordaría alguno de sus cuáis. Está re chido tu avionsote”.

La verdad es que desde mucho antes, desde que lo compró Calderón, el avión presidencial fue más un dolor de cabeza que una solución a los problemas de transporte presidencial.

Poco después de heredarlo Peña Nieto, surgió un movimiento que exigía, precisamente, que se vendiera y el dinero se utilizara en obras de beneficio colectivo.

Recuerdo que una vez la conocida activista Eva Reyes encabezó una protesta frente a PEMEX y portaba una pancarta que decía: “Peña Nieto, vende el avión”.

La acompañaron algunos militantes de la izquierda, como doña Susy Rivera, que ahora es diputada local en el Congreso de Tamaulipas.

Doña Susy es conocida porque en algunas protestas del PRD se colocaba una pancarta en el pecho que decía: “Chinga a tu madre, Peña Nieto”. Y fue una imagen que le dio la vuelta al país.

En fin. Yo no compraré ni siquiera un cachito de lotería cuando se rife el avión presidencial, porque sé que las posibilidades de sacarme el premio son mínimas. Si se van a vender 6 millones de boletos, sólo tengo 1 /6,000,000 de posibilidad de sacarme el premio gordo.

Y si de casualidad me lo llego a sacar, ¿dónde chingaos lo voy a poner?

Viene el refrán estilo Pegaso: “¡Procedamos a disminuirnos…!” (¡Vámonos haciendo menos…!)

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