Al Vuelo/ Rebelión
Por Pegaso
Estoy leyendo un libro de George Orwell llamado «La Rebelión de la Granja», una distopía que nos enseña cómo los pueblos que son sometidos por los tiranos pueden llegar a liberarse mediante una rebelión o revolución, pero resulta contraproducente, porque tienen que empezar desde abajo, sin saber cómo se maneja un gobierno o cómo funciona la economía. A final de cuentas, caen en otro sistema político igual o peor, y muchos de ellos añoran el viejo estilo de vida, como ocurre en Cuba, como ocurre en Venezuela, en Colombia, o como podría ocurrir en México.
Hay una rebelión que está vigente desde hace muchos años, a nivel mundial. Naciones del Medio Oriente pisoteadas y explotadas por los Estados Unidos, han dado fuertes golpes, como la demolición de las Torres Gemelas y ahora el bombardeo con drones a una refinería en Arabia Saudita, supuestamente perpetrado por miembros de algún grupo extremista de Irán.
En la novela de Orwell, un viejo cerdo revela a los animales de la granja un sueño que tuvo, donde el hombre es el causante de todos su males. El hombre es un ser improductivo porque no da leche ni puede arar la tierra por sí solo, pero es el dueño de cada uno de los animales y dispone de ellos para su alimentación y para el trabajo.
La rebelión surte efecto y logran echar al granjero de su propiedad. Y lo que parecía una buena idea al principio, desemboca en una pesadilla, porque todos los animales empiezan a murmurar unos contra otros, a traicionar y a formar clanes.
Los cerdos, que son los más inteligentes, se autonombran como líderes políticos y son los que manejan la granja para su entera conveniencia.
Esta obra literaria fue la inspiración de la divertida y graciosa fábula llamada «Babe, el Puerquito Valiente», en la que un simpático cerdito decide convertirse en perro ovejero para evitar su triste destino, que era convertirse en jamón o salchichas.
Hablando de rebeliones, eso me recuerda también un cuentecillo de mi querido amigo ya finado, Víctor González, llamado «La Rebelión de los Blátidos».
Los blátidos, cucarachas, están cansados de soportar los insecticidas que los humanos les arrojan, así que deciden ponerse en guerra. Hasta que terminan aplastados por el zapato.
Retomando el tema del ataque con drones a la refinería de Arabia, vino a mi mente una escena de la película que aún está en cartelera, llamada en inglés «Angel has fallen», cuyo título en español es «Agente bajo fuego», donde se aprecian varias escenas de un ataque precisamente ¡con drones!
Cada dron va cargado con un explosito de alto poder y lo dirigen contra el Presidente de Estados Unidos, cuando éste se encuentra pescando en un hermoso lago.
La semana pasada fui a ver la película con mi Pegasita y al ver la escena del ataque con drones pensé para mí mismo: «Mí mismo, esta es una nueva forma de hacer la guerra. Ojalá no la aprovechen los terroristas».
Y dicho y hecho.
Termino mi colaboración con el refrán estilo Pegaso: «¡El individuo de tez oscura posee un temperamento festivo y tú le proporcionas un instrumento de percusión consistente en dos cápsulas semiesféricas con pequeños objetos sólidos en su interior!» (¡El negro es alegre y tú le das maracas!)