Tiempos de Guerra/ LA LETRA CHIQUITA, cuenta mucho y cambia historias
Por: Chano Rangel
Antes que nada, quiero felicitar a mi hijo, que hoy cumple sus primeros 24 años, ha crecido mucho el orgullo de mi nepotismo y linaje; ingeniero de profesión, hoy me recuerda que el tiempo no perdona, enhorabuena, hijo.
Ya en temas políticos y los que nos atañe, fíjese que como dijo el corrido de Pedro y Pablo, hecho popular por los Tigres del Norte, “se les borró la sonrisa“ a los funcionarios firmantes del T-Mec. Nomas porque no leyeron la letra chiquita, esa que a veces dice “come frutas y verduras”.
Resulta que la sonrisa se borró de tajo, en el canciller Marcelo Ebrard, Jesús Seade y del mismo Alfonso Romo, cuando los sindicatos de la AFL-CIO, festejaron con bombo y platillo, su victoria y la imposición de inspectores comerciales, para vigilar el cumplimiento de las leyes laborales en nuestro país.
Poco duró el gusto y los empresarios molestos, porque, al final de la negociación fueron excluidos de la mesa de diálogo, y lo que se firmó, fue solo o era conocido por los representantes del gobierno, bueno eso creíamos y vimos que tampoco leyeron el acuerdo que firmaron.
El festejo duró poco, y ya se menciona que, en uno de los cambios, se va el negociador Jesús Seade a alguna embajada, el quiere la China, pero sus aspiraciones tendrán que pasar por el escritorio de Marcelo Ebrard.
Lo cierto, cierto, es que el acuerdo se firmo por presiones de los demócratas de Estados Unidos, y sus bases representadas en la federación de sindicatos, AFL-CIO, y que tienen una amplia representación en la cámara de representantes de la unión, apoyados desde México, por Napoleón Gómez Urrutia, que le hizo la faena al PRI, y ahora los morenistas, no lo aguantan en el senado, y el pleito con Ricardo Monreal, es de peso político y de control senatorial.
Pero eso no fue todo, la letra chiquita y dictada por debajo de la mesa, también hablaba de la internacionalización de la política de Washington, y el procurador, William Barr, puso las cosas en orden, tras apenas unas horas en nuestro país, el representante de la justicia norteamericana, hizo lo que millones de mexicanos no pudieron, la expulsión diplomática de Evo Morales, el visitante incómodo y asilado político.
Las instrucciones venidas desde Washington y dadas por Barr, calaron hondo y dejaron al gobierno de izquierda amante del blof, sin palabras y sin argumentos, para sentarse y finiquitar acuerdos para el TEC-MEC, y eso pasaba, por la salida de Evo, que era una piedra en el zapato de la Casa Blanca, y molestaba su, presencia en México.
Resulta que el argumento dado por los responsables de la política interna y externa de México, fue que, los cubanos los “chamaquearon” como niños, y no aceptaron sus errores, y se los avientan a los cubanos, que también ya mueren de risa; porque la exhibida que le dieron en materia de política exterior a México fue antología.
Las órdenes dictadas por Washington, y eso incluye a los demócratas, eran las reglas políticas y de fondo, que el Tec-Mec debe de tener, según los formulado por los demócratas, y era así o no era, y así fue, y la 4T, se arrodillo, y ahora anda buscando culpables, por no admitir, que traer a Evo, le salió caro, que por ese error político, pago en el Tratado de Libre Comercio, y que por ignorancia o pendejez, no leyeron la letras chiquitas y ahí está el detalle, ahora los empresarios están enojados, por la ineptitud de los negociadores del gobierno federal.
Toda acción tiene una reacción, Evo, se fue a Cuba, espero a que Alberto Fernández, tomara posición en Argentina, para irse lo más lejos posible de Estados Unidos, los cubanos tampoco lo quería, era una papa caliente, y su destino y gasto oneroso del gobierno mexicano ahí está, sin justificación y por si fuera poco, su asilo costó a México, más caro que el avión militar que lo traslado, le costó al país, un tratado, que ni con letras chiquitas se compone.
Al tiempo.
De aquello y lo demás…
Ya falta poco, para navidad y las pesquisas conducen a que muy pronto estará en el banquillo de los acusados Egidio Torre Cantú, exgobernador y hermano del tristemente célebre Rodolfo Torre.
La acusación está incluida en el expediente, que se le abrió a Jorge Abrego ex tesorero de la entidad, quien es y fuera hombre de todas las confianzas de Egidio, para lo que se ofreciera en el manejo de los dineros.
Si la auditoría superior sigue como va, en muy poco tiempo, saldrán a relucir más nombres, y prósperos empresarios sexenales, como Manuel Rodríguez Morales, Manuelito su hijo y otros más que gozaban del encanto del gobernador con suerte.
Solo es por citar algunos, pero el inquilino de San Pedro y San Miguel de Allende, también se le borro la sonrisa, y su gesto cambió y le dio un giro a la burbuja con la que se mantenía estos último 3 años, donde disfruta aún del buen vino y los campos de golf, de primer mundo.
En ese curso podría salir varios alcaldes de la época y algunos rostros ocultos de la ex aplanadora, que por cierto, ya no les vio en la toma de protesta del nuevo líder del PRI, solo fueron priistas un sexenio, casual.