Al Vuelo/ PEMEX
Por Pegaso
¡Se acabaron a PEMEX!
Mataron a gallina de los huevos de oro.
Lo que un día fue, no será,-como dijo José José.
Andaba yo volando allá, sobre los escombros de lo que un día fue la majestuosa refinería de Reynosa, viendo si ya empezaron los trabajos de acondicionamiento para el parque temático que será construido en ese lugar, pero hasta el momento no se ve actividad alguna.
Como sea. Petróleos Mexicanos, la empresa insignia de México ha bajado la extracción de crudo y gas natural porque se agotaron los yacimientos.
Hace aproximadamente quince años, un alto funcionario de la paraestatal vino a dar una rueda de prensa, y ahí nos dijo que en un período de diez años más ocurriría lo que ya está pasando.
Pero no todo se debe al declive de los yacimientos.
La paraestatal, durante muchas décadas fue objeto de saqueos constantes por parte de los dirigentes sindicales, quienes llegaron al poder con una mano delante y otra atrás, y salieron forrados de billetes.
La galería de hampones que han pasado por el STPRM inicia con Eduardo Soto Innes, Candelario Pérez Malibrán, Ignacio Pacheco León, Alejandrino Posadas, Heriberto Kehoe Vincent y Oscar Torres Pancardo; sigue con Joaquín Hernández Galicia, que fue dirigente de facto, Salvador Barragán Camacho, José Meléndez Maranto, Sebastián Guzmán Cabrera, Carlos Romero Deschamps y termina con Manuel Limón Hernández.
La noticia del día fue la renuncia de Carlos Romero Deschamps como Secretario General, sin embargo, casi de inmediato quedó al frente del STPRM uno de sus más allegados, el senador Manuel Limón Hernández, lo que significa que aún con las dos investigaciones que tiene vigentes, Romero seguirá siendo el poder tras el trono, le peje a quien le peje.
De junio de 1993 a octubre del 2019, es decir, 22 añitos, el vivillo dirigente de los petroleros amasó una fortuna que ya la quisieran los más acaudalados jeques árabes.
Se daba, y pienso que se sigue dando, una vida de rey, con enormes lujos.
Gracias a todo el dinero de las cuotas sindicales, aportaciones de PEMEX, venta de excedentes petroleros y muchos, muchos conceptos más, se hizo asquerosamente rico, a tal grado que ni juntando la lana que tienen todos los capos de la droga se le pueden comparar.
Por ejemplo, ¿qué almuerza, come y cena este angelito?
Por la mañana, luego de haber reposado en colchones de pluma y envuelto en sábanas de satín, un chef de renombre ya le ha preparado el desayuno a base de un saludable sumo detox, mermelada y pan artesanales, yogurt con fruta de la temporada, bollería diversa y un brunch con huevos Benedictine con salmón ahumado.
Poco después del mediodía le sirven a la mesa una variedad de viandas que pueden incluir pizza royale, filette de Kobe aderezado con hongos Matsutake, trufas blancas y caviar Almas, papas a la Bonnotte y para rematar, una copa de delicioso vino Chateau Petrus o Romanée Conti.
Por la noche acostumbra cenar ligerito: Langostinos de Nueva Zelanda, ostras con champagne y caviar de beluga.
Después de eso, se va a la meme y goza del dulce sueño que sólo la prosperidad económica puede aportar.
Mientras tanto, el resto de los mexicanos, de quienes se supone es el petróleo, nos echan por las mañanas nuestros huevos revueltos y café, por la tarde, unos ricos tacos de canasta con su infaltable chesco y por la noche una pieza de pan de dulce con leche Lala, para engañar a la lombriz.
También durante mucho tiempo los trabajadores petroleros se beneficiaron de la bonanza, gracias a la ¿generosidad? de sus líderes.
El Sindicato les proveía de buenas casas, no como las del INFONAVIT, con créditos tan blandos que ni se sentían, les prestaban para comprar vehículos nuevos y además ¡se les pagaba una renta por usarlos! Tenían un excelente sueldo y prestaciones que los demás trabajadores ni siquiera soñaban, fondo de ahorro, aguinaldo equivalente a varios meses de sueldo, gas gratis y además, los puestos se heredaban a los hijos.
Todo eso, por supuesto, a cambio de la fidelidad y la obediencia absoluta a sus líderes seccionales y nacionales.
¿Será que todo eso se acabó con la salida de Romero Deschamps? ¿Se escapará el rechoncho y mofletudo líder a la acción de la justicia?
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: «Carrilludo, barrigón y de abundantes glúteos, cojonudo el macho cabrío». (Cachetón, panzón y nalgón, huevón el cabrón).