CONACyT cancelo 158 proyectos de ciencia; no hay dinero
Por Gil Vicente Galindo
Reynosa, Tam.- Por increíble que parezca en este nuevo gobierno federal del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde México registra un enorme retraso en investigación, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONACyT acaba de cancelar, si, cancelar casi 200 proyectos de ciencia tanto básica como de salud.
La directora general de ese organismo, doctora María Elena Alvarez-Buylla Roces, primero anuncia que la ciencia, humanidades y la tecnología serán punta de lanza y motor para la cuarta transformación y sopas, cancela estos 158 proyectos, que porque no hay dinero.
La investigadora nivel 3, Cirila Quintero Ramírez dejo en claro que no puede ser, esto se tiene que analizar a fondo, es cierto que algunos proyectos pueden presentar cierto nivel de olor a fraude en otras áreas, no pueden retrasar aún más a México.
Con 30 años de retraso, el CONACyT, debe de dar celeridad a tantos y tantos proyectos que están en el escritorio de evaluadores, que son muy pocos, el gobierno debería de aprovechar tanto talento mexicano.
Investigadores en laboratorios universitarios, están atónitos ante la cancelación de tantos proyectos que generan además de gastos propios y de las instituciones, cansan y desaniman a los científicos por lo que esperaremos la reacción de organismo como la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES a levantar la voz y defender sus propios proyectos.
De verdad urge es que investigadores afectados y las instituciones soliciten al CONACyT en forma directa una reconsideración y no permitan como no permitió la UMAN, le bajaron recursos y se trataran de meter con la autonomía universitaria, así hay que defender estos proyectos que dan esperanza de vida para millones de mexicanos y del mundo entero.
Dicen que no hay lana y contratan a una persona sin título alguno como subdirector y coordinador de comunicación e información del citado consejo de nombre David Alexir Ledesma, y México con menos del 3% del PIB en investigación en ciencia y tecnología.