AL VUELO/ Diálogo
Por Pegaso
Diálogo ficticio entre un niño del Pasado y un niño del Presente. (Actualizado).
NIÑO DEL PASADO: Ven conmigo, vamos a mi casa a jugar al trompo, a las canicas y al balero. ¡Ya verás cómo nos vamos a divertir!
NIÑO DEL PRESENTE: Espera un momento, deja tomo mi iPod y mi celular porque mi mamá puede hablarme o enviarme un WhatsApp.
NIÑO DEL PASADO: ¿Qué es eso? No conozco esas cosas. A ver, ¿me las prestas?
NIÑO DEL PRESENTE: No puedo. Son cosas muy delicadas y muy caras. Me las compró mi papá la semana pasada y se va a enojar mucho si las pierdo o si se descomponen.
NIÑO DEL PASADO: ¿Y para qué sirven?
NIÑO DEL PRESENTE: Bueno, el iPod sirve para descargar música, guarda miles de canciones y fotografías…, el celular sirve para hablar por teléfono, para enviar mensajes, también puedes escuchar música, tomar fotografías y video…
NIÑO DEL PASADO: ¡Ahhh! ¿Todo eso hacen esas cositas tan chiquitas? Yo sólo tengo una tele en blanco y negro donde veo mis programas en la noche. Cuando regreso de la escuela les doy un beso a mis papás y a mis hermanos y me voy con mis cuates al llano para jugar al beisbol, a las canicas, al burro castigado o al trompo. ¡Es muy divertido!
NIÑO DEL PRESENTE: ¡Cómo te envidio! Cuando yo regreso de la escuela me conecto a Internet para chatear con mis cuates, jugamos al Halo, a Super Mario Bros, luego, cuando nos cansamos, me voy a mi cuarto a oir música en mi iPod. ¡Mis padres? Bueno, ellos se pasan el día entero trabajando, en juntas de negocios, en conferencias a distancia. Mi mamá ve en su pantalla de plasma sus novelas pregrabadas y mis hermanos se la pasan en el cybercafé haciendo las tareas que les encargan en la prepa.
NIÑO DEL PASADO: ¡Caramba! Ha de ser muy interesante vivir en el futuro.
NIÑO DEL PRESENTE: ¿Sabes una cosa? Yo quisiera que mis padres me dieran un poco de su tiempo, que mis hermanos se pelearan conmigo por cosas insignificantes, jugar con mis amigos como tú lo haces, brincar, correr y caer. Si pudiera cambiaría todo lo que tengo por ser como tú. ¡Lástima que sólo seas un programa de computadora!